febrero 23, 2005

¿Cómo nombrar lo que ignoro cómo debe ser nombrado?

Cerrar el libro. Decepcionarse un poco del final. Desangrarse. Transición. Las páginas que nos mantuvieron al borde de la vida han concluido. El pasado. Radiografía del alma. El tiempo y su paso. Mis obsesiones. Nos topamos con él cada momento. En la habitación colmada de fotografías y dibujos. En las fotografías que de la pared han ido al album. En las palabras que se cruzan con las personas que alguna vez nos amaron. En el dolor que nos da ver ese cuerpo que alguna vez descansara en estos nuestros brazos (sus brazos) caer con levedad en los de otro. No los merece. ¿Pero que es el merecer? ¿Cuál es la balanza que rige ese extraño comercio de premio y castigo?. Furia. Y en una noche poder convertirse en el asesino más temible. Detenerse. El desgaste de lo que tardo en escribir estas líneas. La distracción de una carta. La ironía y las felicitaciones. La crítica. La cercanía del que escribe. Las teorías que se caen por falta de peso. La desesperación de no saber. Desangrarse. Cerrar las páginas del libro y verse reflejado en ellas. Ser el que no sabe amar. El que piensa que alejarse cierra no las páginas del libro sino los ciclos de la vida. Comprender. Comprender que no comprendemos nada y de pronto ha pasado el tiempo (¿cuánto?, uno, dos años... ¿una vida entera?) Develar que otros cuerpos no son el primigenio. Que otros aromas por más deliciosos no hacen sucumbir el idolatrado. El goteo de una llave. La luz de la luna reflejada en el piso donde el gato fuerme. Una cama que gime. Una muchacha congelada junto a la puerta cerrada de su habitación. Desnuda. Un tipo que se descubre niño nuevamente en la azotea de una casa hoy prohibida. Una madre muerta y la sensación extraña de no despertar cada mañana con el saludo materno. La necesidad de olvidar olvidar olvidar. La imposibilidad. Acostumbrarse a la ausencia. La imposibilidad de amar. Correr. Huir. Y los recuerdos en las paredes. Y escribir en clave. Pasa, pasa el tiempo. Irremediablemente. Muero. Muero cada momento. Y ese miedo es un tigre que se esconde, que espera, espera... ahh la muerte es un tigre. La muerte. El pasado. Por favor, cuando yo muera, que alguien, quien sea, me siga nombrando. Para no morir del todo. Para no mirir. Para no. Para...

febrero 17, 2005

Carta, para el autonombrado "Cerdo del Mal" (¡uyy que miedo!)

No es común que yo utilice el blog para este tipo de comentarios. Pero, que le vamos a hacer: que me he enojado...
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Cerdo del mal:

He leído las líneas que escribiste y aunque entiendo perfectamente el objetivo de las mismas, y creo que lo consigues casi plenamente (lo cual por supuesto no requiere el menor esfuerzo de tu parte), no puedo quedarme callado: medalla para ti, has logrado que rompa mi silencio.
No entiendo, si su vida era tan feliz porque la señorita M. había dejado de postear, para qué buscarla, y no me venga con la historia de que fue casualidad, usted la estaba buscando. ¿Extraño caso de contradicción personal? Eso habla mal del que la padece. Claro que es el mismo blog, digo, es la misma autora. ¿Qué esperaba? Ella no puede cambiar así como usted tampoco. Las autorias no se pueden negar. Es usted tan inteligente. ¡Brillante! Aplausos por su descubrimiento. El nombre.. ja como si "Cerdo del Mal" fuera un homenaje a la creatividad, al buen gusto, a la inteligencia debativa. ¿Qué tiene que ver el acudir a una estética con lo superficial? En mi vida me había topado con comentario más torpe. Por otra parte ¿Conoce una palabra que se llama humor? ¿Una acepción que dice "Chiste local"?. Estética además a la que sabemos, por lo que escribe, usted asiste y probablemente sea su cabello también tratado por las sabias manos de la Vero. Una muestras más de su alto sentido de la congruencia. También sorprende, no las ganas que padece de hacernos saber sus opiniones (que por cierto nadie en realidad tenía interés en conocer, o que digan lo contrario), fue capaz de darse de alta en blogger nada más, como decía cierto exgober, por joder. ¿Crítica que no se puedan dejar anónimos? ¿Habla usted de nuevo de mal gusto? Estimado Cerdo, las cosas se dicen de frente, el querer dejar mensajes anónimos, como de hecho lo hace, nos habla de su calidad moral como persona (o como cerdo). La crítica se soporta cuando es bien fundamenteda. Pero Flatulencia verbal... ¿para qué?... ¿Aún existen esas cosas llamadas Príncipes Azules?. Por cierto, sindrome de su ignorancia literaria. Los poemas cursilones no existen. Las cursiladas no son poemas. Se parecen a su comment. Puntualizando usted es también un "Ilustre" lector. No, no hay que creer todo lo que nos dicen. Hasta donde yo sé el blog que denosta no es una gelería virtual, ni la señorita M. ha dicho que sea pintora, ni que sea la embajadora de la fotografía de ninguna parte. Tiene un gusto por el dibujo que debe perfeccionarse -si es que quiere hacerlo-, pero ahh Cerdo del mal, mejor vaya a criticar a todos esos que sí se consideran pintores y rentan paredes para exhibir su arte, ¡pagan porque los vean!, a todos esos performanceros que llaman arte a hacerse pendejos en el escenario, a todos esos fotógrafos que montan exposiciones en los bares por que es la onda, a todos esos colectivos "de merde" que nada más sirven para apapacharse mutuamente y tirarse cebollazos unos a los otros, a los escritorcillos que por decir verga diez veces son los grandes malditos, a los críticos de arte que no saben ni redactar bien una nota, a los músicos que proclaman ser hermanos de todos pero que tras el escenario nada más estan esperando un descuido para patearte el culo. Sí, querido Cerdo... si en verdad se cree el adalid de la crítica y de los espacios, del buen gusto y la inteligencia, por favor, dispare sus armas a los verdaderos usurpadores y haga el favor de no atacar a alguien que no le ha hecho a usted nada.

P.S. Por cierto, como última cosa, le podría decir a su mami que se lave el coño, le apesta... que se mueva más, porque aunque grita mucho nomas nada... y que le deje unos billetes sobre el buró, para que luego no anda gritando que uno no paga. Que se ponga los lentes. Cuídese. Con el mismo afecto con que escribió aquello.

febrero 14, 2005

El pasado

Acto I
[Aparece un joven con una calavera en la mano] Ser o no ser, esa es la cuestión. Esperar estoicamente a la vida, sus golpes, esperar en silencio y resignados o bien, enfrentarla, armarse contra ella, salvar los obstaculos. Tan sencillo y tan complicado al mismo tiempo

Acto II
[Un cuaderno abierto sobre el piso, texto negro sobre la páginas blancas. Zoom in] "Hasta qué punto querer conocer el pasado de la persona amada nos hace fuertes o nos destruye. Por qué creer que el saber nos da fuerza, conocimiento. El pasado y su poder de succión. El tornado que nos arrastra y sarandea como pequeñas esponjas. El pasado que nos desgarra"

Acto III
[El escenario desnudo. Se escucha el sonido de alguien escribiendo en el teclado de una computadora] "Quiero conocerlo todo. Si A o B. El por qué. El paso del tiempo. Lo que sentiste. Lo que dijiste. Todo. La totalidad es la única manera de curarlo. De extirparlo. No, no es el hecho en sí. Nunca son los hechos. Es la posibilidad de la catastrofe que adquiere consistencia. Y es viscosa. Es la risa que se esconde. Es el roce de la tela al dejarte desnuda. Es la palabra desnuda. Es la humedad. Es la negación. Es la culpa. Es el vidrio transparente que no habíamos visto y que se cruza en nuestro camino. La duda.
[Silencio, otro ritmo, pero tambien sobre el teclado]
¿Me odias?

Acto IV
[Llueve. El agua que cae adquiere un tono rojizo gracias a las luces. Se escucha el sonido de un trueno]

Acto V
[Una voz al teléfono] Me gustaba pensar que yo le gustaba, me gustaba que lo dijera, al final nada fue real...

Acto VI y final
Al final nada es real...

febrero 13, 2005

Lecturas extremas

febrero 12, 2005

Los "100 grandes" del arte internacional

Les dejo esta lista y un artículo que la comenta aparecido la semana pasada en el suplemento cultural Babelia. Ojala le saquen el mismo provecho que yo... y se animen a leer hasta el punto final
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La revista alemana Capital publica anualmente su canon de los cien artistas
más relevantes del panorama internacional. El resultado proviene de una encuesta
entre museos de arte contemporáneo, coleccionistas y subastas

1. GERHARD RICHTER. Alemania. Pintura. 72 años.
2. SIGMAR POLKE. Alemania. Pintura. 63 años.
3. BRUCE NAUMAN. Estados Unidos. Escultura. 62 años.
4. ROSEMARIE TROCKEL. Alemania. Arte conceptual. 51 años.
5. LOUISE BOURGEOIS. Estados Unidos. Escultura. 93 años.
6. GEORG BASELITZ. Alemania. Pintura. 66 años.
7. CINDY SHERMAN. Estados Unidos. Fotografía. 50 años.
8. MIKE KELLEY. Estados Unidos. Arte crítico. 50 años.
9. CHRISTIAN BOLTANSKI. Francia. Instalación. 60 años.
10. FRANZ WEST. Austria. Objetos. 57 años.
11. BILL VIOLA. Estados Unidos. Videoarte. 53 años.
12. ILYA KABAKOV. Rusia. Instalación. 71 años.
13. DOUGLAS GORDON. Reino Unido. Videoarte. 38 años.
14. ANDREAS GURSKY. Alemania. Fotografía. 49 años.
15. PIPILOTTI RIST. Suiza. Videoarte. 42 años.
16. OLAFUR ELIASSON. Dinamarca. Fotografía, escultura, instalación. 37 años.
17. JEFF WALL. Canadá. Fotografía. 58 años.
18. THOMAS RUFF. Alemania. Fotografía. 46 años.
19. RICHARD SERRA. Estados Unidos. Escultura. 65 años.
20. WILLIAM KENTRIDGE. Suráfrica. Dibujo, cine. 49 años.
21. GÜNTHER FÖRG. Alemania. Pintura, fotografía. 52 años.
22. THOMAS SCHÜTTE. Alemania. Escultura. 50 años.
23. MATTHEW BARNEY. Estados Unidos. Videoarte. 37 años.
24. NAM JUNE PAIK. Corea. Videoarte. 72 años.
25. LAWRENCE WEINER. Estados Unidos. Arte conceptual. 64 años.
26. PIERRE HUYGHE. Francia. Multimedia. 42 años.
27. THOMAS STRUTH. Alemania. Fotografía. 49 años.
28. SOL LEWITT. Estados Unidos. Minimal. 76 años.
29. CY TWOMBLY. Estados Unidos. Pintura. 75 años.
30. PAUL MCCARTHY. Estados Unidos. Arte crítico. 59 años.
31. ANSELM KIEFER. Alemania. Pintura. 59 años.
32. JEFF KOONS. Estados Unidos. Neoconceptual. 49 años.
33. WOLFGANG TILLMANS. Alemania. Fotografía. 38 años.
34. FISCHLI/WEISS. Suiza. Videoarte. 51 y 58 años.
35. GILBERT & GEORGE. Reino Unido. Arte conceptual. 61 y 62 años.
36. CHRISTO/JEANN-CLAUDE. Estados Unidos. Acciones. 69 años los dos.
37. EDWARD RUSCHA. Estados Unidos. Pop-art. 67 años.
38. TOBIAS REHBERGER. Alemania. Instalación. 38 años.
39. MAURIZIO CATTELAN. Italia. Instalación. 49 años.
40. JANIS KOUNELLIS. Grecia. Arte povera. 68 años.
41. CARSTEN HÖLLER. Alemania. Instalación. 43 años.
42. DAN GRAHAM. Estados Unidos. Arte conceptual. 62 años.
43. SHIRIN NESHAT. Irán. Multimedia. 49 años.
44. RAYMOND PETTIBON. Estados Unidos. Dibujo. 52 años.
45. THOMAS DEMAND. Alemania. Fotografía. 40 años.
46. CLAES OLDENBURG. Estados Unidos. Pop-art. 75 años.
47. JASPER JOHNS. Estados Unidos. Pop-art. 74 años.
48. ROBERT GOBER. Estados Unidos. Neoconceptual. 50 años.
49. MONA HATOUM. Reino Unido. Instalación. 52 años.
50. MICHELANGELO PISTOLETTO. Italia. Arte povera. 71 años.
51. JÖRG IMMENDORF. Alemania. Pintura. 59 años.
52. GABRIEL OROZCO. México. Instalación. 42 años.
53. DAMIEN HIRST. Reino Unido. Escultura, pintura. 38 años.
54. THOMAS HIRSCHHORN. Suiza. Instalación. 52 años.
55. JENNY HOLZER. Estados Unidos. Arte crítico. 54 años.
56. BERND & HILLA BECHER. Alemania. Fotografía. 73 y 70 años.
57. ROBERT RAUSCHENBERG. Estados Unidos. Pop-art. 79 años.
58. DANIEL BUREN. Francia. Arte conceptual. 65 años.
59. KATHARINA FRITSCH. Alemania. Escultura. 49 años.
60. HANNA DARBOVEN. Alemania. Arte conceptual. 63 años.
61. TONY OURSLER. Estados Unidos. Videoarte. 47 años.
62. FRANCIS ALŸS. Bélgica. Multimedia. 47 años.
63. RONI HORN. Estados Unidos. Fotografía, escultura. 49 años.
64. RICHARD PRINCE. Estados Unidos. Neoconceptual. 55 años.
65. KELLY ELLSWORTH. Estados Unidos. Pintura. 81 años.
66. LUC TUYMANS. Bélgica. Pintura. 46 años.
67. JOHN BALDESSARI. Estados Unidos. Fotografía. 73 años.
68. JORGE PARDO. Cuba. Instalación. 46 años.
69. RICHARD HAMILTON. Reino Unido. Pop-art. 82 años.
70. TONY CRAGG. Reino Unido. Escultura. 55 años.
71. RINEKE DIJKSTRA. Holanda. Fotografía. 47 años.
72. KIKI SMITH. Estados Unidos. Escultura. 50 años.
73. STAN DOUGLAS. Canadá. Multimedia. 44 años.
74. ARNULF RAINER. Austria. Pintura. 74 años.
75. RIRKRIT TIRAVANIJA. Argentina (vive en Tailandia). Instalación. 43 años.
76. JASON RHOADES. Estados Unidos. Instalación. 48 años.
77. GILLIAN WEARING. Reino Unido. Multimedia. 43 años.
78. IMI KNOEBEL. Alemania. Pintura. 64 años.
79. MANFRED PERNICE. Alemania. Instalación. 43 años.
80. JOCHEN GERZ. Alemania. Arte crítico. 64 años.
81. CARL ANDRE. Estados Unidos. Minimalista. 71 años.
82. ON KAWARA. Japón. Arte conceptual. 68 años.
83. MARINA ABRAMOVIC. Yugoslavia. Performance. 58 años.
84. RODNEY GRAHAM. Canadá. Multimedia. 55 años.
85. DOUG AITKEN. Estados Unidos. Multimedia. 36 años.
86. DAVID HOCKNEY. Reino Unido. Pop-art. 67 años.
87. PER KIRKEBY. Dinamarca. Pintura. 66 años.
88. HEIMO ZOBERING. Austria. Instalación. 46 años.
89. NEO RAUCH. Alemania. Pintura. 44 años.
90. FRANCESCO CLEMENTE. Italia. Pintura. 52 años.
91. MARIKO MORI. Japón. Multimedia. 38 años.
92. D. GONZÁLEZ-FOERSTER. Francia. Instalación. 39 años.
93. FRANZ ACKERMANN. Alemania. Pintura. 41 años.
94. GEORG HEROLD. Alemania. Objetos. 57 años.
95. MARKUS LÜPERTZ. Alemania. Pintura. 63 años.
96. MARLENE DUMAS. Suráfrica. Pintura. 50 años.
97. NAN GOLDIN. Estados Unidos. Fotografía. 51 años.
98. ANDREAS SLOMINSKI. Alemania. Neoconceptual. 44 años.
99. ERNESTO NETO. Brasil. Instalación. 40 años.
100. GREGOR SCHNEIDER. Alemania. Instalación. 35 años.

Los cien grandes del arte internacional!
Se sobrentiende, claro, que aún vivos, lo que significa una grave limitación de perspectiva histórica, pero, sobre todo “de actualidad”, el simulacro que hoy encierra una propuesta mercantil, ya despojada de futuro; esto es: sin ánimo vanguardista. El método sociológico que anima esta propuesta es el consabido de una encuesta, lo que le proporciona pujos objetivos, que es absurdo no aprovechar. Así que, sociología por sociología, saquemos las conclusiones pertinentes. En primer lugar, a tenor de las nacionalidades de los artistas elegidos, resulta, ni más nimenos, que el59% de la creación artística mundial radica en Estados Unidos y en Alemania —30 americanos y 29 alemanes—, a una distancia sideral del resto de los países, pues, salvo el Reino Unido, que cuenta con un 8%, y Francia, un 4%, los restantes, 16, sólo con el 29%. ¿Cómo tal desproporción creativa en nuestro mundo globalizado? En realidad, la desproporción es mayor, porque el ojo experto sabe distinguir, no sólo que el área germánica incluye a los austriacos y suizos alemanes, sino que bastantes de los artistas a los que se atribuye una carta natal nacional concreta se han desarrollado y habitan también en América o Alemania. Considérese a este respecto lo que tiene de “coreano” el coreano Nam June Paik, formado y lanzado en Alemania y en América, o, la condición de “yugoslava” (sic) atribuida a Marina Abramovic. En fin, que no hace falta ser un lince para descubrir la clave de este asombroso código que te hace “grande” en la medida de que seas americano o alemán: son los dos mercados artísticos más potentes en la actualidad y de la actualidad. ¿No lo era acaso antes el ahora desvencijadoParís? ¡En absoluto! El primer cuadro adquirido de Picasso por el Gobierno francés data de 1954, cuando el español contaba 73 años y llevaba décadas en la cúspide de la fama. ¿Qué puede significar, por tanto, este listado de los “cien principales” además de la definitiva homologación del arte con los restantes productos del mercado cultural de masas? Pues, a mi juicio, nada más, ni tampoco nada menos, lo cual no empece a que sigamos hurgando en la luminosa herida desvelada por la encuesta. Ahí están, sin ir más lejos, algunas curiosidades aleccionadoras, como la que manifiesta el hecho, no de que, por supuesto, haya, como quien dice, “muchos que son y no están” en la susodicha lista centenaria, sino el comparativamente más sabroso de que estén “continuadores” y no sus “antecesores”.En este sentido, resulta chocante la nada sorprendente presencia de Damien Hirst, cuya filiación británica dentro de la llamada Escuela de Londres amí me parece evidente, pero que sean excluidos algunos de los más conspicuos representantes de ésta supervivientes, como Lucien Freud o Frank Auerbach; que esté el brasileño Ernesto Neto y no Wolfgang Laib o Anish Kapoor; que, en fin, estén una ristra interminable de paleo y neoconceptuales y se obvie a Joseph Kosuth. Evidentemente, podríamos seguir buscando otros entresijos que ponen en cuestión el valor, incluso sociológico, de esta absurda selección de los “grandes” más votados, naturalmente por “especialistas”, porque aún estamos lejos de poder someter a un escrutinio popular indiscriminado esta grandeza, cuya estelar popularidad es desconocida por el 99,99% de la humanidad, pues es el 0,1% los que asisten—opuntualmente se informan de ello— a las ferias de arte contemporáneo y sus activas agencias, que son hoy las bienales, las “documenta”, las exposiciones temporales, los museos, los suplementos culturales de los grandes rotativos, etcétera. Estamos, por tanto, ante la inicial explosión de un mercado de arte moderno, cuya pujanza merece tener un cómputo específico en la bolsa comercial; el, por ejemplo, Index-Art. Para terminar, ¿cómo privarse de hacer una pequeña coda para españoles, algunos de cuyos especialistas dicen estar tan preocupados por el deficiente lanzamiento internacional —por parte de nuestros gobiernos, se entiende, naturalmente— del arte emergente de nuestro país, sobre todo, cuando, entre la lista de los cien principales de marras o no hay un solo compatriota, ni siquiera los más consagrados entre los “decadentes”, como, por ejemplo, Tàpies? Es verdad que no nos deberíamos afligir demasiado cuando Italia, según la lista, sólo cuenta con tres representantes; Japón, con dos, y Rusia, con ¡uno!, pero estoy convencido de que no ha habido ningún país en el mundo que como el nuestro haya invertido institucionalmente más en el mercado Index- Art, durante los últimos 25 años, con tan nulo resultado. ¡Seguro, por tanto, que hay que duplicar la inversión! Por lo demás, con tantos representantes españoles que hoy dirigen museos y bienales en todo el mundo, ya verán cómo, dentro de poco, quizá en la próxima cotización de la Bolsa de valores internacional, aparecen, por lo menos, un25%de artistas españoles de “grandeza internacional”.

FRANCISCO CALVO SERRALLER

febrero 08, 2005

Retazos de una noche en el "Lost Highway"

¿Y si comenzara hablando de la felicidad?
Roberto Bolaño

Es poco más de medianoche. Ha leído lo que L. y Ella han escrito en sus bitácoras. Lo habían prometido. Sabe que F de T y T de F no tienen blog y no lo harán, y espera que el buen Comandante sí lo mencione en su respectivo blog. Piensa, mientras sonríe amargamente con cruda moral, en una historia que bien pudo llamarse “La comunidad del alkol”.
El destino es el que une a esos grupos tan diversos: a los corresponsales de La voz de la esfinge originalmente en Chiapas, después Barcelona, más tarde Francia, y de nuevo en Guadalajara. A las Trovadoras dark (oscuras dice L.) y su par de éxitos musicales “Lloverá, lloverá” y la “Mala del cuento (a dúo)", al comandante y a su novia LL con todo el poder de su amor y su música, y a Jeff que estaba por casualidad. Piensa en MG que escapó antes y se la perdió aunque tal vez no lo lamente. Lo escrito ya es pasado. Hasta las ganas de más alkol. Hasta la deshidratación. Hasta el recordar en flashazos y desconocer la mayor parte. Quedarse en la postal de Lost Highway pegada en la pared, en la calle la bruma y en un auto que se mueve sólo por las palabras de quienes lo rodean. Y sin embargo el principio se remonta al jueves, a la llegada inesperada de los Fnzs a ese domicilio mimetizado de Reforma y Mezquitán. A la aparición sorpresiva, aunque sabía que ya tenían días, semanas en la ciudad (desde los tiempos de OG, si mal no recuerda), de los corresponsales. Al intercambio de saludos y la promesa de encontrarse el fin de semana. Recordar que los tiempos de OG seguían vigentes no solo por los fnzs. En el concurso de cuento del que había sido jurado el ganador había estado en su casa alguna de aquellas noches de pláticas poéticas y de preguntas al respecto de Bolaño. Que la chica de la minifalda negra que atraía su mirada, inevitablemente, también había estado esa noche y era la novia del ganador. Un correo para festejar. Pero también la invitación de N para ver una película de Tim Burtón en un bar tolerante. La cita en el Molachos. La cita en el Butterfly. En el Butterfly la película que empieza con retraso. Él que escapa. En el Molachos nadie de los ganadores. Nadie del séquito. A lo lejos la amiga de V la estilista que habría de encontrar horas después tan sólo para decirle que la había visto en aquel bar. LC comentándole en el celular de la fiesta homeless sin darle la dirección exacta, así al vuelo, como no queriendo invitarlo. Retorno a casa. Mirada al celular. Duda. Marcar. Lu responde del otro lado de la línea. Sorpresa. Saludos. Se encuentra en Zapopan y lo invita. Duda. Al final acepta. Problemas de estacionamiento. Andador vacío. Al final el abrazo y el saludo y la historia que ronda toda la noche. Leyenda urbana. Si orinas en la carretera, no te pongas frente al auto. Las consecuencias son imprevisibles. Risas y burlas. Salir de ahí a la 1 de la mañana. Buscar la fiesta homeless. R y M están ahí e informan del sitio. Más caras conocidas :LC, V y sus amiga. “Te ví hace unas horas en el Molachos”. Música industrial. El Comandante disfrutaría ésto. Escapar a Montevideo y Américas. Casa enorme y derruída. Psyco. Ya no hay cerveza. Regreso a con los Homeless. Quedarse hasta las seis de la mañana. Recordar la llamada de Ella. El Mensaje de Ella. “Hay que ir por L a la central” Y él piensa en el aeropuerto. Todo el tiempo. Ahora le parece extraño que fue uno de los últimos en manejar ese auto antes del accidente. Ella triste. Ella con frío. Ella sensible y llora. Le regala un chocolate pero no es suficiente. Llora y lo niega. Como siempre, se desespera. Él y su puto corazón de piedra. Despotrica contra las mujeres. Y de pronto aparece, como el auto que por pocos centímetros nos lleva y no habíamos visto, con una endiablada sonrisa de chica buena pero capaz de las maldades más deliciosas de la vida, en los labios. Y el día se compone a pesar del frío. Ella sonríe. Ya no llorá. Necesitaba esa sonrisa. Alguien a quien aferrarse. Él sólo escucha. Maneja. La vía rápida es de sus calles favoritas. Vuelve a casa. A su torre. Se despiden sin saber si habrán de volver a verse. Llega a la cama. Intenta dormir y medio lo consigue. Apenas un par de horas. A las 10 se despierta para llamarle a J. pero no la encuentra. Los Fnzs son esperados a las doce. Se mete a bañar. M. Llega puntual y Jeff abre la puerta. Platican. Cuando sale del baño ellos ya se han conocido. Hablan de literatura. De la escaramuza en “La isla de mezcala”, de los diferentes retos a duelo y de cómo nadie consiguió padrinos. Literatura y compromiso. Hasta de los globalifóbicos. Posturas encontradas. Luego llega T, después, la señora del aseo. También el hambre. Ordenan una pizza en Angelo y van a La Europea por unos tintos. Al regresar MG los saluda en el sillón. Jeff ha tenido una idea semejante. Recuento: una pizza y cuatro tintos. Hablar y hablar. MG se tiene que ir. Los demás siguen. Mensaje de Ella pidiéndo su DVD. Quieren ver una película de título poético. “Eterno resplandor de una mente…” responde que si quieren ir le parece perfecto, pero que en la sala están departiendo agradablemente y tendrían que verla en la habitación o llevarse el aparato a su casa. F de T invita al Alloha, el bar de su cuñado. Me gustaría invitar al Comandante, dice. Teléfono. Hola, en veinte minutos estamos con ustedes. T de F duda. Tiene una fiesta de quince años. Finalmente cede, los alcanzará más tarde en el bar. Le avisa a Ella que podrá ver la película sin problemas, se van de fiesta. La casa donde pernoctan los Fnzs esta en camino a la casa del Comandante. Un mensaje de Ella. Choque. Le llama. El golpe y nada más. Ambas bien. Problemas a la vista. A tres cuadras de la torre. Cuando llegan el seguro ya está ahí. La tipa del otro auto parece autista. Las mira de negro. Combinadas. Lucen radiantes. A pesar de la tristeza en una y el desconcierto en la otra. El papá y la familia. El abuso del seguro. El silencio de la dueña. El desprecio. La distracción que cambia las cosas. El ángel que se distrae un momento. Pasar del tiempo. Los amigos y su garganta que se seca. Ultimátum del seguro. Ultimátum. Ultimátum. Nos vamos. Dejarlas ahí. Una última llamada y se suman. Ya no su fiesta. Ahora la nuestra. Llegar. Alkol para todos. Una pausa de minutos. Un brinco en el relato como el brinco en su memoria. ¿En qué momento cruzar la línea de la coherencia? De pronto todo es un túnel sin salida. Levantarse de la mesa y trastabillear. Mirarse en el espejo y repetirse que ya ha tomado demasiado. Estática. Nubosidad. Niebla. Abrir la puerta y comenzar a caminar. Nada. Negrura. Las manos de varios que lo levantan. Un futbolito de mesa. Él y el Comandante. Los golean. Desmayo. Negro. Sus manos al volante. Sabe que ha repetido que no lo dejen manejar. Pero lo dejan. La reversa. La postal de David Lynch. Lost Highway. La avenida que se cierra y es un túnel largo. Estrecho. Y la nada... Abrir los ojos. Todos en su habitación. La computadora de los ojos azules. De nuevo la nada. Y al despertar Ella a su lado pero lejos. En la sala el Comandante y LL, apenas si los saluda. L en la sala. Los Fnzs se han ido. Frío. Sed. Y el dolor de Cabeza. En las miradas de los demás descubre que algo ha hecho. Nadie reclama. Más tarde las preguntas e ir armando la noche a través de fotografías perdidas. De retazos de los otros. Ir descubriendo un camino muy diferente al que vislumbró frente al espejo del baño. El alkol y la caja de Pandora. Imaginar el coqueteo con la muerte. Prometer no repetirlo. No. Pero las promesas no bastan. Y el día largo. Perderse de nuevo. Despertar. Las trovadoras Dark. Ella que lo mira extraño. L no dice nada. Pero lo huele, lo percibe. Apenas caminar. Más retazos. Más cuentos increíbles. “Eso no es posible”. Negarlo. Y a pesar de todo, las sonrisas de ambas. Dormir. Llorar en silencio.Leer. El pasado, Alan Pauls. Su historia. La mente que se queda sin recuerdos. El cliché de las despedidas. Incertidumbre. Hambre. Messenger. Ella ha vuelto y L. aún no parte. Lo invitan a cenar. Y él las acompaña a la terminal de autobuses. L se va, Ella se queda. Somos peatones del destino, piensa. Tiene miedo… “¿Y si comenzara hablando de la felicidad?”.

febrero 07, 2005

A veces creo que esto me lo dijeron sin decirlo

«...de remil putas, ¿quién mierdas te creés que sos? ¿Doce años estuvimos juntos y no tenés tiempo para mí? ¿Cómo podés ser tan basura, tan mierda? ¿Te creés que esto te va a salir gratis? ¿Qué vas a seguir así, por la vida, libre como si nada? ¡Vas a pagar[...]! Conmigo podés hacer lo que quieras, pero vos... ¡vos sos el problema! ¡Vos, tu puto adentro, tu alma! ¡Esa puta piedra aterrorizada que tenés ahí, en lugar del corazón! ¡Basura, pobre infeliz! Decí algo. ¡Estás enfermo! ¡Te vas a pudrir! ¡Ya te estás pudriendo! Todo fermenta, ¿entendés? [...] decime algo. Ahora, porque cuando te des cuenta va a ser tarde. Yo sé que vas a venir. Arrastrándote, vas a venir. A pedir ayuda. Y yo... Yo, ¿sabés qué, [...]? Yo voy a estar muerta. ¿Y qué vas a hacer cuándo yo esté muerta? ¿Quién te va a mirar? ¿Quién va a pensar en vos cuando yo esté muerta? ¿Quién va a querer...?»
El pasado, Alan Pauls

febrero 02, 2005

Creí que hablaba con Dios...

Resulta que estaba tranquilamente trabjando esta mañana, cuando comencé a recibir mensajes muy extraños a través del messenger. Primero un saludo común y corriente. Después sin más preámbulo algo así como: "te noto down. relajate". Yo respondía con un signo de interrogación. Más que diálogo monólog. "Por tus nick me doy cuenta que andas depre" lo más curioso es que llevó con mi nick, el del nuevo celular, desde el fin de semana pasado, y antes de eso mis nicks habían sido personajes de novelas de Roberto Bolaño, nada depresivos. Más signos de interrogación. "Yo sé que este mundo es una mierda, pero para que te deprimes" Y yo tratando de decirle que no estaba deprimido. Y para colmo no sabía ni quién era. Agnostico por rutina, de pronto me imaginé que quizá era Dios que se dirigía a mi para aliviar un poco mis pendientes. Pronto desfací tal entuerto. Era un conocido del messenger, que tal vez se confundió de persona. Llevó toda la tarde y parte de la noche pensando si estaré deprimido o si acaso mis nicks en verdad dan esa idea...