junio 04, 2006

Dos tres

Asi surcamos las horas día
sin un sentido práctico de lo que nos envuelve
y la noche anterior
nos quedamos muertos en los sillones de la sala
mientras el humo nos vestía y succionaba nuestro aliento
y la destilación del sudor en las bocas resecas
por los besos nunca recibidos
una risa
y en el folletín semanal la puerta hecha esquirlas
a base de patadas al higado
a la leucemia
y a la derecha del padre
nuestro altar de escritores favoritos
mejor saltar por la ventana
y caer los ocho pisos ocho
mientras afuera llueven lavadoras y casquillos