diciembre 24, 2005

Hay golpes en la vida tan fuertes... yo no sé

Como muchos alguna vez lo habremos dicho
llegué a odiar la navidad
como muchos seguramente aún me deprimo...
ahora estos tiempos los disfruta amargamente
con un sabor de vino tinto y chocolate dulce.
Recuerdo que hubo alguna vez que era la fecha más esperada
Creo que ahora lo que más espero es el fin de año
y la creencia en que algo nuevo vendrá, bueno o malo,
el cambio es lo único permanente.
Ahora los miedos son diferentes, los logros y satisfacciones se bambolean
como pasajeros de un barco en plena tormenta
ante una ola enorme el capután teme que la nave vaya a pique
luego las resacas de la tormenta
las perdidas, el conteo, las ausencias, las nuevas y las viejas,
las que duelen,
ver una vez más ilusiones brillantes que se escapan de las manos
por miedos
porque el semáforo se ha quedado en rojo en ambos sentidos
perder la sonrisa y la compañía por un tiempo
saber que el cariño sembrado es ya inamovible a pesar del silencio
mirar
como otros ojos y otras manos resguardan el tesoro que alguna vez estuvo en nuestras manos.
Madurar
Nunca se termina hasta que caemos de viejos
rumbo a la tumba.
Por lo pronto yo me despido.
Ahora sí cerraré este changarro pero dejo fijo el otro
el de los experimentos con la verdad
para el que guste visitarlo.
Todo en esta vida llega a su final.