agosto 04, 2005

Ausencias varias

Mitad de la noche. Frío y lluvia. Ella abrigada hasta la cabeza. Su maleta pesada como si mudará su vida en ella y como siempre incapaz de conservar el equilibrio. Prometió fotografías. Y que no volvería hasta septiembre. Ya era raro que no se hubiera marchado. Algo dentro de ella la lleva invariablemente a tener que huir de su ciudad. Ahora está abrazada de calor. Y ese calor asfixiante de la costa seguramente ha de colmar su paciencia. De cierta manera incomunicada. Y nunca me dijo que libros se llevaría para leer. De vez en cuando algún mensaje por el celular. Muy de vez en cuando. Y luego nada. Quizá el sonido de las olas le lleve algunas palabras que danzan en mi mente. Aca de todo un poco. Nublado y lluvia. Luego sale el sol. La sucesión de los días. Sucesos inesperados. Enfermedad. Trabajo. Alegría. Y una especie de vacío diferente a otras ocasiones. No es el vacío del suicida a punto de tirarse al precipicio. Es una ausencia siempre presente pero digamos, llanamente, en un sentido constructivo...